
Este libro es la culminación del viaje que Nico Mejía y su equipo emprendieron en 2017 para registrar los cuatro paisajes gastronómicos de la región colimota.
Los volcanes han modelado este territorio desde hace millones de años. Son los abuelos del paisaje simbólico y han heredado a las comunidades sus manantiales, minerales y microclimas, que se traducen en una diversidad ecológica manifiesta en las milpas, las huertas, los traspatios, los potreros y las cocinas. Aquí, el terruño volcánico está representado por el mezcal, el café, los maíces criollos, los lácteos, los panes y otros ingredientes nativos cuyos sabores se entretejen en la memoria y crean la identidad.
Los desafíos del cambio climático forman parte indisociable de este relato sobre la cultura alimentaria de los volcanes, en cuyas cocinas aún palpita el fuego de la resistencia, la conservación y el origen.



































